Hace muy poco tuve la oportunidad de ver Balada triste de trompeta. En esta ocasión no esperaba nada ni me había creado falsas expectativas.
El caso es que me la recomendaron y decidí dedicarle 107 minutos de mi vida.
La película nos cuenta la historia de Javier, interpretado por el chanante Carlos Areces, que es el hijo del Payaso tonto, interpretado por Santiago Segura que me recuerda sospechosamente a Texy el psicópata asesino amiguito de los niños, que es reclutado en época de la guerra civil durante una actuación en el circo.
Balada Triste de Trompeta es una historia de sexo, celos y locura en un triangulo amoroso en el que se ve involucrado el pobre Javier, Natalia (Carolina Pechitos Bang Bang) y Sergio (Antonio de la Torre o el payaso flipado).
Hay acción, bastante acción, no demasiado bien conseguida ni con mucho sentido, aún así me quedo con el momento en el que Javier se convierte en un jodido loco, después claro de haber hecho papilla con la cara de Sergio y morderle al Caudillo en la mano durante una cacería. Ese momentazo incluye una escena tipo Rambo, en la que se hace un disfraz de payaso y se quema la cara con Sosa Caustica y una plancha.
Alex de la Iglesia y su afán de reproducir hechos históricos como el atentado a Carrero Blanco, que está hecho jodidamente mal, y una escena final de acción en el Valle de los caídos, con persecución y pelea incluida en lo alto del monumento.
Al finalizar la película tuve que hacerme una pregunta... ¿Por qué? quiero decir, ¿Por qué coño ha hecho Alex de la Iglesia semejante paranoia de mierda?
Creo que llega el momento en el que uno debe hacer autocrítica y darse cuenta de que ese proyecto al que le has dedicado tanto tiempo en realidad es una puta mierda y no merece que nadie pierda 107 minutos de su vida en verla porque al acabar te quedas igual que estabas, con sueño.
Sólo me queda decir que esta película la mando con el resto al cementerio cinematográfico, el señor roca!
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